Sobre la Revolución Constituyente

martes, 6 de abril de 2010 Leave a Comment

Por Claudio Guaita.

Quizás se debería definir en primer lugar cuál es la cualidad del movimiento armado que es denominado por algunos como ”Revolución Constituyente”, por otros como  “Guerra Civil”  y por los menos como una “mera revuelta política y armada”.  A pesar de las posibles semejanzas que los términos puedan presentar, su trasfondo es radicalmente diferente y su presentación en la sociedad tendrá diferentes grados de impacto sobre la ciudadanía, y según mi opinión, sobre la identidad que se puede configurar gracias a la memoria histórica. No es lo mismo ser los herederos de una historia revolucionaria de un grupo de hombres que buscó cambiar las bases de la sociedad desde sus fundaciones, tratar de instaurar un nuevo sistema y eliminar las antiguas instituciones que ser los beneficiarios de un grupo de forajidos que fueron canalizados por un caudillo que supo conjugar sus necesidades económicas con las carencias de su pueblo o tener la noción de que en Copiapó, en un día de un siglo pasado, un grupo de mineros se alzaron en contra la intendencia de la época y se fueron, en una alocada y audaz azaña, a darse de cabezazos a una pared de militares que fueron colocados para mantener el orden en Cerro Grande.
Creo que los hechos del pasado dependerán de la forma en que sean reconstruidos en el presente, y es ese un primer punto de encuentro para desbancar las visiones centralistas que tan marcadas están en nuestro ideario cotidiano.
La historia de lo que yo pienso es la “Revolución Constituyente” aún está llena de silencio y bemoles, y se necesitarán años para dilucidar y especificar los hechos que la  motivaron, y tratar de definir así las posibles implicancias que a nivel nacional y latinoamericano pudiese haber tenido. Será por lo anterior que el estudio de una revolución implicará profundizar en las necesidades de un pueblo que es parte de un contexto histórico definido, ya que por concepción, una revolución, busca arrancar de raíz las formas de institución que sostiene a un Estado en particular y por ende puede significar un cambio radical en el pensamiento de un pueblo.
 Para lo anterior se requieren estudios y estar dispuestos a encontrar una historia que posiblemente se aleje de la fantasía y del romanticismo. Debemos recordar que existieron ciertos problemas de índole económico que podrían haber afectado directamente al patrimonio de los Gallos, y así como en la revolución francesa fue la burguesía la que reaccionó contra la corona al ver sus intereses mermados, no sería desquiciado ver una analogía con nuestra historia, hay que asumir que Chañarcillo estaba a punto de entrar en decadencia y era un motivo más que válido para ejecutar ciertas acciones para mantener sus ganancias. Además existió una fuerte influencia de ideas venidas desde Argentina, las que decantaron en una primera instancia en La Serena, las que fueron puntal y causa para los primeros movimientos en el norte y que serían posteriormente la génesis de la Revolución Constituyente. Seria bueno cuestionar, también, cómo estos primeros bosquejos de ideales liberales afectaron la persona de Pedro León Gallo, ya que fue un arduo defensor de Montt a principio de la década del ’50, o si su posición cambió con tal radicalidad por el posible vínculo masónico que adquirió en sus viajes a Europa o si se vio absorbido por las ideas producidas por la Sociedad de la Igual, etc.
La Revolución Constituyente tiene que ser discutida, abordada y estudiada y será así como, después de 150 años damos un homenaje a aquellos mineros muertos que vieron en Gallo una forma de sociedad que consideraban mejor. Su estudio será revivirlos de sus olvidos, es lo menos que se merecen.

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