Hacia donde vamos, Chile

sábado, 28 de marzo de 2009 Leave a Comment


Claudio Guaita.

Estamos a poco de nuevas elecciones presidenciales y cuáles son los dos candidatos en potencia, nada más y nada menos que dos personajes macabros de la oligarquía nacional: Piñera y Frei. Hablar de ellos es como hablar del hielo y del fuego, parecen eternamente diferentes, pero ambos te queman. Pero no es culpa de que los cerdos engorden, es culpa del que los alimenta.
Reconozcamos lo que somos: un país tercermundista; productor de materias primas; dependiente científica y tecnológicamente de las potencias del norte, europeas y asiáticas; con una identidad difusa; herederos de una historia manipulada; importadores de modelos educacionales; lideres en la mala distribución del ingreso; tributarios de poderes fácticos gigantescos y de una clase política llena de primos hermanos que llega a dar vergüenza; nuestra educación esta diseñada para el control de masas y la perpetuidad de las clases burguesas; somos despiadados con el Peruano y con el Boliviano pero sumisos con el gringo y el europeo; tenemos una línea de la pobreza que bordea los $43.000 –lo que es terrible- y nuestra educación superior cada día sirve más para abaratar el costo de la “mano de obra superior” que para potenciar nuestra ciencia e industria; somos mercenarios ante el trabajo y capaces de vender el alma por un empleo, callar las injusticias y someternos a la explotación; nuestros proyectos habitacionales –privados y estatales- nos hacinan cada vez más; nuestro ríos y glaciares desaparecen, arrendamos el desierto por unos cuantos dólares sin importarnos el daño que eso pueda traer; nos creemos progresistas y somos los más conservadores de todos.
Cualquier visión de país que se quiera tener, dentro de los límites humanos del desarrollo que una sociedad avanzada requiere, tendrá que sortear éstas vallas que, paso a paso, se han ido levantando desde décadas atrás. Todos somos responsables de lo anteriormente expuesto y eso responde a una situación nacional, en la cuál, el lector, en más de una de las afirmaciones preliminares se tendrá que haber sentido identificado. Tenemos muchas buenas características como país y territorio, como cultura y pueblo, pero creo que han sido explotadas al máximo en discursos populistas y demagógicos, los que, de cierta forma, levantan una neblina respecto a nuestras falencias haciéndonos vivir en una burbuja, trayendo como consecuencia un estanco y una sensación de estabilidad diacrónica que es cancerigena ya que mantiene el status quo de la sociedad destrozando a la clase trabajadora, coartando las posiciones políticas vanguardistas y perpetuando a la clase dominante, sea esta política o económica -aunque no veo diferencia alguna entre estas dos últimas- la continuidad de estas circunstancias es legal y se llama sistema binominal. Este sistema sólo busca la polarización de las posturas dejando cualquier opción, a estas posiciones, dos caminos; el olvido o la alianza -la cual es una forma de dominación-
Nuestro sistema binominal es un asco, una verdadera falacia en una sociedad que se cree democrática. Induce a agrupaciones de partidos políticos que ideológicamente son inconexas generando una camisa de fuerza respecto a las representaciones de libre pensamiento. Cualquier posición de pensamiento queda anulada por los “pactos,” los cuales, su única finalidad es asegurar asientos y cuotas de poder. No queda la opción al cambio, todo es un lineamiento. Y al final todos deben guardar pleitesía a las grandes facciones que detentan el poder en Chile, sea esta de la concertación o de la derecha. La política chilena queda reducida a abrazos de concilio -¡hipócritas!- que solo vilipendian al chileno que sufre día a día las consecuencias de una clase política inspirada en el capital y no en lo humano. Es ese terrible sistema binominal que nos lleva a elegir, probablemente, entre dos macabros personajes y a todas sus ramificaciones, que lo único que hacen es mantener el sistema, tal como esta, para que sus hijos estudien en las mejores universidades, tengan un mes de vacaciones y un sueldo que el común de los chilenos solo puede soñar.

0 comentarios »

Leave your response!